Alois

Alana es una joven de 24 años, se hace pasar por auxiliar de enfermera para cuidar durante dos
semanas a Isabel, una mujer de 57 años que pa dece Alzheimer. Alana se presenta como la nueva sustituta de la enfermera de Isabel. La primera impresión de Isabel al conocer a Alana no es muy buena. A Isabel no le cae bien Alana y quiere que se vaya cuanto antes y vuelva la antigua enfermera. Alana hace todo lo posible para intentar conectar con Isabel y ganarse su confianza y aprecio. Utiliza el ajedrez como forma de crear un vínculo con Isabel y acercarse más a ella.
A medida que pasan más tiempo juntas, Isabel acaba encariñándose de Alana y crean un vínculo maternal muy fuerte. En un momento dado, Isabel pierde los estribos por culpa de su enfermedad y Alana corre a ayudarla. Cuando Alana consigue calmar a Isabel, ella le da las gracias y le da a entender que se acuerda de ella.

Alana emocionada, cree por un segundo que su madre se acuerda de ella a pesar de sufrir Alzheimer. Sin embargo, Isabel le deja claro que el único recuerdo que tiene de Alana es que es la
sustituta de su enfermera.

Al terminar las dos semanas de sustitución, Isabel y Alana se despiden con emoción y ternura.
Durante la despedida, Isabel muestra su orgullo y cariño por ella. Alana, entre lágrimas, le da las gracias y deja atrás a Isabel sin decir nunca que ella es su hija.